El machismo o la creencia en la superioridad de un sexo, el masculino, sobre el otro, el femenino, tiene su origen en la sexualidad infantil, y más concretamente, en la etapa en la que la diferencia sexual anatómica entre el niño y la niña no existe.
En un momento de la vida de todo sujeto, la diferencia sexual no existió. El niño y la niña no saben de la existencia de los dos sexos. Simplemente creen que todos son iguales. En su investigación descubren, bien de forma casual, por que ven a un hermanito o hermanita desnudos, o bien por que lo escuchan a los mayores, que hay otros niños por ahí que no tienen lo que ellos tienen, en el caso del niño, o que tienen algo que ellas no tienen, en el caso de la niña. Ante esta situación ambos teorizan que todos los niños tienen pene, y los que no tienen, ya les crecerá. En ese momento el genital femenino permanece aún desconocido.
En el desarrollo normal del niño y la niña llega un momento en que descubren e integran la diferencia sexual anatómica, constituyéndose, de esta manera, la existencia de los dos sexos, y dando paso a un desarrollo normal de su sexualidad.
El machismo es aquella forma de pensamiento que se sitúa en el paso previo a la integración y aceptación de los dos sexos. Esta ideología o creencia no los integra, sino que se posiciona frente a la diferencia sexual desde el par antitético tengo-no tengo, donde un sexo tiene, el masculino, y el otro no, el femenino. Desde este lugar se le hacen atribuciones a un sexo y a otro, partiendo de la negación de las diferencias.
El machismo, que lo padecen tanto hombres como mujeres, ya que ambos sexos pueden mostrar esta dificultad para la integración de la diferencia sexual, somete un sexo al otro, lo denigra y lo infravalora.
No es una cuestión cultural, es una cuestión psíquica. Todo hombre y toda mujer pasan, en sus vidas, por esta etapa.
La integración de las diferencias sexuales es la que elimina las creencias de la superioridad de un sexo sobre el otro, y por lo tanto la que elimina el machismo.
El Psicoanálisis permite al sujeto construir, desde el presente, esta diferencia sexual, aceptando y tolerando las diferencias.