Anoche soñé, le relata el paciente al psicoanalista, que caía por un precipicio, pero antes de llegar al suelo, despertaba presa de la angustia.
¿Ha tenido usted alguna vez un sueño de este tipo? Con una alta probabilidad responderá que sí, ya que el sueño de caer, junto con otros sueños, fue denominado por Sigmund Freud como sueños típicos, o sueños que casi todos hemos tenido.
Sigmund Freud escribió en el año 1900 “La interpretación de los sueños”. Este libro, que se considera el que funda el Psicoanálisis, inaugura un nuevo campo científico, ya que da a conocer un nuevo objeto de conocimiento, el inconsciente.
Freud se interesa por los sueños y da una explicación científica de los mismos. El sueño fue considerado durante muchos siglos como un enigma, a cuyo esclarecimiento no ha contribuido mucho la ciencia, tratando únicamente de explicarlo desde un punto de vista biológico, y dejando sin explicar muchos fenómenos que ocurren mientras dormimos. Entre esos fenómenos se encuentran los sueños típicos.
El sueño de volar o caer es uno de estos sueños. Consiste en que el soñante aparece volando en el aire, acompañando al sueño un sentimiento de agrado o de angustia. Otra modalidad es estar cayendo y despertar antes de llegar al suelo. Esta modalidad suele producir mucha angustia.
Estos sueños reproducen impresiones infantiles de aquellos juegos de movimientos que gustan mucho a los niños. Alzar al niño en alto y hacer como que vuela, o subirlo y dejarlo caer súbitamente para recogerlo en la caída, son juegos que los adultos suelen realizar a los niños. ¿A quién de pequeño no han sentado alguna vez en la rodilla simulando que cabalgaba y dejándolo caer, repentinamente, hacia un lado? Los niños disfrutan con dichos juegos, y no se cansan de pedir su repetición, sobre todo si les producen un cierto susto o vértigo. Años después repiten esas escenas en los sueños, pero ahora ya no están las manos que lo sujetaban, por lo que flotan en el aire o caen sin tener apoyo. El placer de los niños por juegos de este tipo, como los columpios, es muy habitual, así como cuando ven acrobacias en el circo se reactiva la memoria de dichos juegos.
No es infrecuente que dichos juegos de movimiento produzcan sensaciones sexuales en los niños, significando sexual como productoras de placer y de goce.
Una Psicoanalista en Las Palmas.