Entrevista en Radio Las Palmas en el programa Buenos días Gran Canaria, con Dulce María Facundo y Jozabad Betancor (28/08/24)
Para empezar, podrías explicarnos en términos generales ¿Qué es la depresión postvacacional y cómo se manifiesta?
Al finalizar el periodo de vacaciones y la incorporación al puesto de trabajo, hay personas que sufren depresión postvacacional, que consiste en la presentación de una serie de síntomas como tristeza, ganas de llorar, apatía, abulia o falta de deseo. También pueden aparecer síntomas físicos como insomnio, falta de apetito. Todos estos síntomas son característicos de la depresión, y de ahí que reciba este nombre el síndrome postvacacional, que hace su aparición cuando la persona se incorpora a su trabajo después de unas vacaciones.
¿Por qué crees que algunas personas son más propensas a sufrir este síndrome que otras?
Efectivamente, no todas las personas sufren este síndrome y va a depender de la capacidad de sustitución, me explico. Normalmente estos síntomas suelen aparecer en dos situaciones que es importante diferenciar:
Por un lado, nos encontramos que aparece en personas que, como decíamos antes, terminan sus vacaciones y tienen que incorporarse al trabajo. En este caso, el final de las vacaciones es un punto que nos muestra el paso del tiempo. Las personas que lo padecen sufren una especie de decepción, que puede deberse a dos motivos:
Por otro lado, estarían aquellas situaciones donde el trabajo es una fuente de estrés para la persona, por horarios, conflictos, salario, altas demandas, y que, las vacaciones, lógicamente, no han conseguido resolver. En estos casos más que aparecer la depresión postvacacional, aparece sintomatología ansiosa al incorporarse a su puesto de trabajo, o los días previos, que en este caso sí va ser necesario tratar.
¿Existen diferencias notables entre cómo afecta este fenómeno a adultos y a niños?
En niños pequeños no podemos hablar de síndrome postvacacional, y si aparece tiene que ver con la depresión postvacacional de los padres. En niños mayores o adolescentes, podemos pensarlo conforme a lo que explicábamos antes.
Algunos estudios sugieren que un trabajo poco estimulante puede aumentar el riesgo de sufrir depresión postvacacional.
Sí, en el sentido de lo que hablábamos antes. Un trabajo estimulante va a hacer que la persona no encuentre este paso tan brusco entre las vacaciones y el trabajo, ya que su trabajo, también, es fuente de satisfacciones. A veces, cuánto más brusco es el paso entre las vacaciones y el trabajo, más fácilmente puede aparecer la depresión post vacacional.
¿Qué consejos darías para hacer la vuelta al trabajo más llevadera, especialmente en los primeros días?
Podemos seguir algunas pautas como: empezar con aquellas tareas que sean más del agrado de uno, adelantar algo del trabajo los últimos días de las vacaciones para no encontrarnos con las tareas más pesadas el primer día, seguir un poco con el plan de vacaciones aunque estemos trabajando, en el horario libre haciendo cosas que nos gusten, es decir, seguir con el espíritu
vacacional. Esto facilitará que el paso del periodo vacacional al trabajo no sea tan brusco.
En cuanto a la alimentación y el sueño, ¿Cómo pueden influir estos factores en la recuperación del bienestar tras las vacaciones?
Tanto el sueño como la alimentación pueden verse alterados si una persona sufre depresión postvacacional. Pero como decíamos antes, esta depresión pasará en los primeros días, así que estos síntomas desaparecerán.
El ejercicio físico suele recomendarse para combatir el estrés. ¿Qué tipo de actividad física recomendarías para quienes sufren este síndrome?
Seguir con algunas rutinas de las vacaciones nos puede ayudar; ir a la playa en el horario libre, hacer la actividad física que veníamos haciendo, es decir, seguir con algunos hábitos vacacionales aunque estemos trabajando. Sería aconsejable no incorporarnos con todo el peso del trabajo, doméstico, hijos, padres, casa.
Finalmente, ¿Qué mensaje positivo puedes dar a aquellas personas que ven la vuelta a la rutina como algo muy negativo?
Pues que lo normal es que este estado dure unos días, y pase sin dejar secuelas. Si ya una persona se viene sintiendo mal durante un tiempo atrás y se agravan esos sentimientos o sensaciones en la incorporación al trabajo, puede que esté arrastrando ya un problema más serio como una depresión, a veces enmascarada. Y en este caso yo aconsejaría consultar a un psicoanalista.