Cuando hablamos de salud mental o salud psíquica ¿a qué nos referimos?
Lo psíquico es lo específicamente humano. Con el animal compartimos que somos cuerpo, pero además de cuerpo tenemos psique.
Esto complejiza la naturaleza del ser humano, ya que entre otros aspectos, se da cuenta de su ser mortal.
Y ¿con qué tiene que ver lo psíquico en el sujeto?
Tiene que ver, por lo tanto, con lo propiamente humano, es decir, las relaciones, el carácter, la personalidad, los prejuicios, los deseos, los sueños, la sexualidad.
Sin embargo, lejos de atender lo psíquico con el carácter que se requiere, muchas veces las personas y los estados, infravaloran la importancia de una buena salud psíquica.
¿Cómo podemos definir la salud psíquica?
Sigmund Freud define la salud psíquica como la capacidad de sujeto de amar y trabajar. Claro que luego nos encontramos con la definición que hace de la salud la Organización Mundial de la Salud, como el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente como ausencia de enfermedad. Esta definición es claramente utópica, porque quién no se levanta un día triste porque ha sufrido una pérdida, quién no siente un malestar en la barriga frente a una situación importante. No existe el estado completo de bienestar. Además Sigmund Freud nos dice que la diferencia entre la salud y la enfermedad no es una diferencia cualitativa, sino de cantidad, es decir, en un continuum donde en un extremo esta la salud y en otro la enfermedad, los sujetos nos situamos en él.
Con lo cual regirnos por la definición de salud que nos habla de la capacidad del hombre de amar y trabajar, nos permite pensar al sujeto psíquico de forma más real.
¿Qué hacer cuando uno no tiene salud psíquica? ¿Cuándo se da cuenta de que no tiene salud psíquica?
El síntoma, la inhibición, la angustia, provocan en el sujeto una incapacidad para llevar a cabo las tareas del día a día, y para relacionarse con los demás. En Psicoanálisis decimos que el síntoma tiene secuestrada la energía del sujeto, y si ésta está puesta en la enfermedad, no se puede disponer de ella para otras cosas.
El Psicoanálisis permite liberar esa energía puesta en el síntoma para poder dirigirla hacia la salud, el crecimiento, en definitiva, devolverle al hombre la capacidad de amar y trabajar.