El insomnio es uno de los más frecuentes trastornos del sueño. Las estadísticas nos dicen que un 48% de la población lo padecerá en alguna ocasión en su vida.
Pero ¿en qué consiste el insomnio? ¿Cuáles son sus causas?
El Insomnio es un síntoma que se caracteriza por presentar dificultades para conciliar el sueño, mantenerse dormido o lograr un sueño de calidad. Que sea un síntoma y no un trastorno quiere decir que puede aparecer en diferentes cuadros o estructuras patológicas, como la depresión, la neurosis de angustia, la neurosis traumática, o tener diferentes causas.
Sigmund Freud en su obra “La interpretación de los sueños”, texto publicado en 1900, nos dice que el sueño es el GUARDIÁN DEL DORMIR, es decir, que el sueño, como fenómeno onírico, favorece el reposo. Por lo tanto, el insomnio va a estar relacionado con la dificultad en dormir pero también con la dificultad con el soñar. Y esta dificultad con los sueños va a ser una de las causas del insomnio.
Expliquemos esto un poco.
Cada noche cuando nos preparamos para ir a la cama, solemos adecuar el ambiente exterior para que favorezca el descanso: bajamos las persianas, apartamos los ruidos que puedan molestarnos, nos quitamos aquellos aparatos o artilugios que nos estorban. También tratamos de resolver las necesidades fisiológicas para que no interrumpan el descanso: vamos al baño, saciamos nuestra sed y nuestra hambre. Pero estos no van a ser los únicos elementos que pueden perturbar nuestro sueño.
Durante la noche, mientras dormimos, la actividad psíquica continúa. Los recuerdos, pensamientos, afectos, deseos, van a seguir su actividad como durante el día. Sin embargo, a diferencia de la vigilia, la instancia censora que actúa frente a ellos disminuye, y estos procesos pueden llegar a la conciencia y despertarnos. Es precisamente para evitar la interrupción del reposo que aparece el sueño. El sueño integra en su contenido aquellos elementos que puedan perturbarnos, sean exteriores o ambientales, como un ruido, sean necesidades fisiológicas, como la sed, o sean procesos psíquicos, como los deseos.
Pongamos un ejemplo. Suena en la calle un ruido ensordecedor con posibilidad de despertarnos. El proceso onírico puede integrar ese ruido y transformarlo en un sueño, de tal manera que nos engaña y seguimos durmiendo. O la necesidad de sed aparece durante la noche. El sueño puede construir una historia donde estamos bebiendo agua. Por supuesto, si la necesidad o el ruido son muy intensos va a despertarnos.
Pues bien, lo mismo ocurriría con los deseos. El sueño integra esos deseos para que no nos despierten. Sin embargo, los deseos no aparecen de forma directa, sino disfrazada, ya que son deseos intolerables para el sujeto. Esto hace que los sueños tomen esa forma absurda tan característica.
Soñar es, entonces, entregarnos también a los deseos más profundos, de los cuales no sabemos nada y nada queremos saber. Es por eso que una de las causas del insomnio es el MIEDO A SOÑAR. El sujeto no se entrega a la tarea de dormir por miedo a sus sueños, a sus deseos, y se mantiene despierto.
El Psicoanálisis permite al sujeto trabajar sobre sus deseos, conociéndolos y aceptándolos.
En un siguiente post continuaremos hablando sobre otras causas del insomnio.