La melancolía o depresión se caracteriza por ser un estado de ánimo profundamente doloroso, que se acompaña de diferentes síntomas como son:
La melancolía está muy relacionada con otro estado de ánimo doloroso como es el duelo, que en entradas anteriores de este blog, veíamos. En Duelo o pérdida del objeto amado, decíamos que en el proceso de duelo ha tenido lugar una pérdida. Describíamos algunos síntomas del duelo como son un doloroso estado de ánimo, cesación de interés por el mundo exterior, pérdida de la capacidad de elegir un nuevo objeto amoroso o apartamiento de la realidad. Si nos fijamos, los síntomas de ambos estados son casi iguales.
Pero ¿qué es lo que le ocurre al melancólico para estar sumido en un profundo estado de tristeza, como si en un proceso de duelo se encontrase?
El Psicoanálisis nos dice que el melancólico también ha perdido algo, como en el duelo, solo que la pérdida ha tenido lugar a nivel inconsciente. El sujeto desconoce lo que ha perdido, y si, como en algunos casos, conoce lo que ha perdido, no sabe lo que con ello ha perdido. El melancólico, entonces, se comportará como si estuviera en un proceso de duelo, sin saber realmente lo que le aflige.
Solo hay un síntoma que diferencia a ambos estados dolorosos, y que podríamos decir es el síntoma patognomónico de la depresión, y es la disminución del amor propio. Esta disminución del amor propio tiene lugar porque el melancólico introyecta el objeto perdido, lo hace suyo. Para evitar perder el objeto y aceptar la pérdida, se identifica con él. La sombra del objeto, decimos, ha caído sobre el yo, empobreciendo el yo del sujeto, el cual manifestará lamentos y quejas con respecto a sí mismo.
El Psicoanálisis permite al melancólico analizar el motivo de su tristeza, y sustituir al objeto perdido.